Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 16 | Octubre 1982

Anuncio

Honduras

Honduras: pieza clave en el rompecabezas norteamericano

Honduras ha llegado a jugar un papel fundamental para el futuro de toda Centroamérica, y los Estados Unidos se han preocupado por apoyar una política que asegure que Honduras asumirá este papel fundamental.

Equipo Envío

Ya para marzo de 1980 el periodista Jack Anderson informó sobre la determinación de la Administración Carter "de sumar un capítulo más a la ya triste historia del imperialismo yankee en Centroamérica. Aparentemente esta administración decidió que Honduras jugaría el papel de su "nueva Nicaragua" -o sea de un satélite dependiente, comprado y pagado por la generosidad económica y militar norteamericana".

Comparativamente con los otros países de la zona poco se sabe de Honduras, con excepción quizás de que se cultivan bananas y hace relativamente poco tiempo ha tenido elecciones. Este solo hecho a dado como resultado el que los Estados Unidos definan a Honduras como un oasis de paz y democracia en una región, por otra parte enmarcada por sus violentos conflictos. Los mismos hondureños resienten este desconocimiento internacional, y acusan a los medios masivos de comunicación de provocarlo, al interesarse en Honduras solamente para reseñar las acciones de la guerrilla, como la toma hace poco del Edificio de la Cámara de Comercio de San Pedro Sula.

La política de Estados Unidos: definición de funciones para Honduras

Si los Estados Unidos buscaban un sustituto regional para reemplazar a Nicaragua después de la victoria sandinista de julio de 1979, su esfuerzo se complementó con la extraordinaria aptitud de Honduras para asumir las tareas de tratar de contener los movimientos revolucionarios y de lanzar ataques contrarrevolucionarios.

La más obvia, aunque no la más importante de las razones para que Honduras asuma el juego, es su localización estratégica: colindan sus fronteras con Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Su frontera al sur con El Salvador - escenario de la guerra del Fútbol en 1969 -, tiene un gran valor estratégico, debido a que la zona desmilitarizada de la frontera creada después de la guerra ha servido de retaguardia a la guerrilla salvadoreña. Esta misma área ha sido escenario de varias masacres sangrientas cerca del Río Sumpul, ejecutadas conjuntamente por tropas salvadoreñas y hondureñas. Existe también la gran frontera entre Honduras y Nicaragua a través de la cual se ha facilitado la infiltración y los ataques de las fuerzas anti-sandinistas contra Nicaragua y desde el muy particular punto de vista de los Estados Unidos, el supuesto flujo de armas de Nicaragua para la guerrilla salvadoreña.

Penetración norteamericana en Honduras

Si bien la posición geográfica de Honduras representa una coincidencia de lo más afortunada para los intereses de los Estados Unidos en la región, existen otras razones sustanciales que explican el nuevo papel de Honduras en la zona.

Por décadas este país representó el arquetipo de la "República Bananera", donde primero la United Fruit Company y más tarde la Standard Fruit -subsidiaria de Castle and Cook- controlaron la mayor parte del poder político y económico. en 1975, un escándalo que involucró a la compañía United Brands provocó el derrocamiento del entonces presidente Gral. Oswaldo Arellano. Ahora bien, aunque la influencia de las compañías bananeras ha disminuido en los últimos años, el predominio de los intereses norteamericanos sigue tan fuerte como siempre, articulado usualmente a través del Embajador de los Estados Unidos.

El embajador actual John Dimitri Negroponte, veterano del servicio diplomático con cargos en Vietnam del Sur y Camboya, ha desempeñado bien sus funciones, sirviendo además como consejero especial del Presidente Suazo Córdova y como apoyo activo de jefe de las Fuerzas Armadas, General Gustavo Alvarez.

Una segunda forma de dominación estadounidense en Honduras, que se vuelve cada vez más importante debido al crecimiento de las contradicciones internas, es la penetración de los Estados Unidos en el movimiento obrero, utilizando para este propósito al "American Institute For Free Labor Development" (IFLD). Honduras tiene una tradición de muchos años, de un movimiento obrero fuerte y bien organizado, que se inició en 1954, con la huelga de los trabajadores bananeros en apoyo a su derecho de formar un sindicato. Al ver el peligro que el desarrollo de este movimiento representaba para los intereses de los Estados Unidos, la FLCIO primero y después la AIFLD incitaron programas muy activos en Honduras, con el objeto de captar el liderazgo de los militantes más activos del sindicato y de inculcar un fuerte sentimiento anticomunista. Como resultado de estos programas la confederación sindical más grande de Honduras, la Confederación de Trabajadores Hondureños (CTH) depende ideológicamente de la AIFDL y sigue una línea anticomunista muy rígida.

Crecimiento armamentista en Honduras

La tercera de las razones por las cuales Honduras puede jugar un papel militar dependiente en la región, se debe a la compra de armamento que realizó el ejército hondureño con sus propios medios, desde mediados de la década de los setenta. Estas compras de armamento le dieron a Honduras una posición ventajosa en la región, aún antes de que los Estados Unidos iniciaran sus abultados programas de ayuda militar en 1981.

El pretexto de los hondureños para la compra de armas, fue la derrota que les infligieron los militares salvadoreños en la frontera en 1969. Según el "Stockholm Internacional Peace Research Institute Yearbook" de 1980, Honduras ocupó el cuarto lugar entre los países de la Cuenca del Caribe y el primero de Centroamérica en importación de armas entre los años 1975 y 1979. La fuerza aérea hondureña está considerada como la mejor de toda Centroamérica, incluye doce aviones caza del tipo "Super Mystere" franceses con modificaciones israelíes; aviones canadienses F-86 con modificaciones yugoslavas; seis aviones norteamericanos para combate de contra-insurgencia A-37; y algunos otros aviones ingleses y americanos para entrenamiento y para espionaje. Además del ejército está equipado con tanques ligeros "Scorpion" de procedencia británica, con barcos israelíes, y con una gran variedad de equipo norteamericano: camiones, jeeps, lanzagrandas, morteros, rifles sin retroceso, armas de mano, etc.

Los Estados Unidos han participado activamente en el entrenamiento de oficiales hondureños, aún antes de la llegada de los asesores norteamericanos a ese país. Entre 1971 y 1981, 2,259 militares hondureños recibieron entrenamiento por parte de los Estados Unidos, y el número de oficiales que asistieron a cursos de "Comando y personal general" en la Escuela de las Américas del ejército estadounidense en la zona del canal de Panamá entre 1976 y 1980, fue tres veces mayor que cualquier otro país latinoamericano. (Ver "Honduras on the Border of War", NACLA, nov.-dic., 1981). Para 1980, la Administración Carter envió además, diez helicópteros "Huey" como préstamo a Honduras por un período de un año, que fue posteriormente extendido a cinco años.

Desde que Honduras fue impulsado al cumplimiento de sus nuevas funciones regionales, la ayuda militar de los Estados Unidos ha crecido sin límite alguno. Casi se cuadruplicó entre 1979 y 1981, duplicándose nuevamente entre 1981 y 1983. El apoyo militar del año en curso, consiste en 10.7 millones de dólares e ayuda, 12.0 millones en venta de armas, una propuesta adicional de 17.0 millones de dólares como parte de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe de la Administración Reagan y 21 millones de dólares más para la construcción o mejoramiento de pistas militares.

El acuerdo anterior le da derecho a Estados Unidos a utilizar las pistas militares hondureñas para escalas de sus aviones "casa", informando a Honduras con 24 horas de anticipación. El convenio firmado entre los Estados Unidos y Honduras el 7 de mayo de 1982, contiene una nota muy interesante que indica que este convenio es una modificación al firmado anteriormente por los dos países el 20 de mayo de 1954. El resultado de ese convenio ha quedado registrado en la historia por la utilización de los campos aéreos hondureños para lanzar la invasión patrocinada por la CIA a Guatemala y provocar el derrocamiento del presidente Arbenz.

En 1979 solamente 9% de la ayuda proporcionada por Estados Unidos a Honduras era específicamente utilizada con fines militares, mientras que en 1982 esta proporción ha cambiado considerablemente a un 24$ según lo previsto en la Iniciativa para la Cuenca del Caribe, el total de la asignación de fondos para Honduras se incluiría un 33% en ayuda militar. Si además se agregan a los cálculos anteriores los de "Economic Support Funds" (estos fondos se utilizan a discreción por el gobierno, sin restricciones), para 1983, solamente el 46% de la ayuda de los Estados Unidos será utilizado con propósitos de desarrollo, mientras que el otro 54% será destinado para fines militares y económicos. Estos datos muestran claramente, a pesar de las afirmaciones contrarias de la Administración Reagan, que el apoyo de los Estados Unidos se trasladó del sector civil al sector militar.

Una fachada civil para un régimen militar

Otro de los motivos para que Honduras represente un papel clave para la política de los Estados Unidos en la región es el hecho de que Honduras sea un fiel seguidor de los designios norteamericanos y haga elecciones para darle legitimidad a su gobierno; la otra parte de esta política esta determinada por el hecho de que los militares continúan manteniendo el poder detrás de una fachada de gobierno civil.

Presionada fuertemente por los Estados Unidos, Honduras tuvo sus primeras elecciones en nueve años, en abril de 1980; estas elecciones devolvieron el poder a un gobierno civil después de 19 años de regímenes militares, con la sola excepción de un lapso de 10 meses entre 1971 y 1972. En las elecciones de 1980, el Partido Liberal obtuvo una sorpresiva mayoría; se eligió una asamblea constituyente que votó por mantener como presidente al conservador Gral. Policarpo Paz García. Este hecho provocó el comentario de los observadores de que los liberales "ganaron las elecciones pero perdieron la presidencia".

Para las elecciones de noviembre de 1981, los liberales propusieron como candidato a un médico rural, el Dr. Roberto Suazo Córdoba en contra del candidato del Partido Nacional Ricardo Zúñiga. En una votación muy concurrida, el Partido Liberal ganó las elecciones por un margen sustancial. La votación reflejó claramente por un lado un rechazo hacia las Fuerzas Armadas (el Partido Nacional ha estado siempre muy estrechamente identificado con el ejército) y por otro lado reflejaron las esperanzas de que los liberales, después de haber estado fuera del poder durante 19 años, condujeran al país por una nueva vía.

La realidad es que se dieron negociaciones entre los dos partidos y los militares antes de las elecciones, y esto ya había restringido severamente las posibilidades de maniobra del gobierno civil, aún antes de que asumiera el mando. A cambio de permitir que se llevaran a cabo las elecciones el alto mando del ejército exigió: que no existiera ninguna investigación sobre corrupción; el derecho de veto de las Fuerzas Armadas sobre todos los nombramientos a nivel de gabinete; y el control absoluto por parte de los militares de todos los asuntos relacionados con la defensa y la seguridad nacional. A partir de estas exigencias los militares hicieron un pacto con el Partido Liberal, que dio lugar a unas elecciones sin fallas y fraudes, con el beneplácito obvio de los Estados Unidos.

Dos días después, antes de la toma de posesión de Suazo Córdoba, las Fuerzas Armadas tuvieron elecciones para designar Comandante en Jefe; estas elecciones las ganó fácilmente el entonces Coronel Gustavo Alvarez Martínez. En ese tiempo Alvarez era jefe del aparato de seguridad del país (FUSEP) el cual, bao su tutela cuidadosa, fue responsable de una ola de represión y desapariciones jamás vistas antes en Honduras. Alvarez recibió su entrenamiento militar en Perú, Argentina y Fort Benning, Georgia en los Estados Unidos. Como jefe del Cuarto Batallón del Ejército en 1975, estuvo en la nómina de la multinacional "Castle and Cook" y fue responsable de la ocupación militar de la cooperativa bananera de "Las Isletas". Más tarde Alvarez tuvo bajo su mando las tropas del principal centro industrial del país en San Pedro Sula, en donde desarrolló relaciones muy estrechas tanto con la burguesía industrial nacional, como con la Texaco, administradora de la única refinería de petróleo en el país.

Alvarez parece ser la respuesta perfecta al sueño de los Estados Unidos de tener una figura militar fuerte detrás de un presidente civil débil y sumiso. Damos algunos comentarios que pueden ser indicativos del pensamiento de Alvarez: "los subversivos no tienen derechos humanos"; "el campesino hondureño está tan hambriento como el campesino salvadoreño, la diferencia está en que el hondureño no sabe que está hambriento"; en abril, pocos días después de que el Canciller Paz Barnica presentó un proyecto hondureño para la paz ante la Asamblea de la OEA, Alvarez aclaró la situación diciendo que Honduras estaba dispuesta a recibir tropas norteamericanas en su territorio para rechazar la amenaza comunista.

Las relaciones entre Honduras y Nicaragua

Desde la victoria de los sandinistas en julio de 1979, la presencia de miembros de la ex-Guardia Nacional de Somoza en Honduras ha sido una fuente de tensiones entre los dos países. Pero fue en el momento en que las incursiones a territorio nicaragüense empezaron a asumir proporciones más serias a principios de éste año -coincidiendo con la aprobación de la Administración Reagan de 19 millones de dólares para una campaña de operaciones encubiertas contra Nicaragua-, que las relaciones hondureño-nicaragüenses empeoraron.

En los ENVIOS anteriores se ha tratado ya con todo detalle la naturaleza de estos ataques fronterizos; la propuesta de Nicaragua para la formación de una patrulla fronteriza conjunta, para detener tanto los ataques como el supuesto flujo de armas (la propuesta fue rechazada por Honduras debido a la influencia de los Estados Unidos); y más recientemente hablamos acerca de las maniobras militares conjuntas de los Estados Unidos y Honduras muy cerca de la frontera con Nicaragua. Para este caso limitaremos nuestro comentario a una síntesis acerca de las relaciones hondureño-nicaragüenses.

El apoyo de Honduras a las fuerzas contrarrevolucionarias

De la misma forma que Estados Unidos quiere ver a Honduras como su fuerza de intervención directa contra Nicaragua, Honduras prefiere usar a las fuerzas somocistas y a los miskitos (en lugar de las fuerzas hondureñas) para la lucha. Una de las razones por la cual ha sido difícil establecer una relación directa entre la CIA y su apoyo encubierto a los somocistas y a los miskitos que luchan contra los sandinistas desde Honduras, es que esta ayuda parece canalizarse casi exclusivamente a través de los militares hondureños. Según un artículo reciente publicado en un período mexicano, la ayuda a las fuerzas anti-sandinistas llega a FUSEP, la Fuerza de Seguridad Pública, la que entones decide su distribución. FUSEP anteriormente bajo el mandato del General Alvarez, está encabezada actualmente por el Coronel Daniel Bali Castillo, colaborador cercano de Alvarez y anteriormente comandante de batallón en El Paraíso, zona de fuerte concentración de la ex-GN.

Un segundo aspecto importante en la colaboración hondureña con las fuerzas antisandinistas es que solamente los grupos con una base militar fuerte y ligados a la ex-GN de Somoza operan libremente desde Honduras mientras que los que son antisomocistas y antisandinistas han sido informados de que no son bienvenidos. Como resultado la Legión 15 de septiembre, el FDN (Frente Democrático Nicaragüense) y el sector de MISURASATA encabezada por Steadman Fagoth (ahora llamado MISRUA en Honduras), tienen base en Honduras. Cuando Edén Pastora estuvo en Honduras este año, se le dio comida, hospedaje y transporte pero no se le dio ni libertad de movimiento, ni esas promesas de apoyo logístico acordadas con el FDN. Aparentemente esto refleja la política tanto en Honduras como de los EEUU, de apoyar solamente a los grupos con algún poder militar, y de tratar de unificar a los frentes políticos como el FRS de Pastora, o en el FDN (Este intento ha fracasado porque Pastora, Brooklyn Rivera de la otra ala de MISURASATA, Alfonso Robelo del MDN, y Fernando "El Negro" Chamorro Rappaccioli de la UDN-FARN, recientemente anunciaron su unificación en Costa Rica y la formación de la llama de Alianza Revolucionaria Democrática).

La amenaza de guerra entre Nicaragua y Honduras

Además del apoyo hondureño a las fuerzas contrarrevolucionarias, en los últimos meses se ha sentido un aumento inmenso en la posibilidad (algunos dicen que es inevitable), de una guerra directa entre los países. Esta posibilidad, mucho más palpable en Honduras, donde la Prensa ha montado una frenética campaña contra Nicaragua, que en Nicaragua donde no han ocurrido movilizaciones masivas de tropas o milicias, es vista por algunos observadores como un resultado directo tanto de una política agresiva de los EU contra Nicaragua como de la propia belicosidad del General Alvarez.

Según un artículo del New York Times de 8 de julio, Alvarez había planeado un ataque aéreo a Puerto Cabezas en julio pero fue disuadido por el departamento de estado de los EU. Además, en "Washington Letter on Latin America", parte del "Latin American Newsletter" de Londres, se dijo que Alvarez había planeado otro ataque aéreo contra Nicaragua durante la primera semana de agosto, pero de nuevo, lo descubrió el Departamento de Estado norteamericano y lo bloqueó por miedo a que en tal ataque hiciera aparecer a Honduras ante el mundo como un agresor obvio.

Ambos incidentes muestran con claridad que Alvarez actúa, por lo menos hasta cierto punto, independientemente de las directrices de los EU. Ahora bien sobre la cuestión de una guerra directa con Nicaragua, la política de los EU ha sido ambigua. Por un lado, la Enmienda Symms, apoyada por la Administración Reagan, indica que los EU ayudarían a cualquier país que luche contra la subversión cubana y por extensión la nicaragüense. El acuerdo de permitir el uso de las pistas hondureñas a aviones de los EU, tiende a aumentar aún más la confianza hondureña en el apoyo estadounidense. Pero por el otro lado el Secretario de Defensa C. Weinberger dijo recientemente que los EU no apoyarían a Honduras con tropas en el caso de una guerra con Nicaragua, lo cual refleja el pensamiento convencional del Pentágono de que es más fácil poner tropas en Centroamérica que sacarlas. El signo más paradójico de los EU, sin embargo, es el del Coronel hondureño Leónidas Torres Arias.

Se comentó en círculos políticos en Tegucigalpa que Torres Arias tenía el respaldo de uno o varios sectores del gobierno de los EU al hacer sus declaraciones contra Alvarez en una Conferencia de Prensa en México (Envío no.15). La interpretación más razonable de este apoyo, es que los EU están enviando una advertencia a Alvarez de que sus ataques aéreos no están de acuerdo con la política actual de los EU hacia Nicaragua y de que su independencia de acción no es oportuna. Si bien la declaración de Torres Arias (quien era no de los defensores más ardientes e Somoza en Honduras sigue siendo muy amigo de su hijo) fue repudiada oficialmente tanto por el Partido Liberal como por las Fuerzas Armadas, al menos en este momento ha debilitado a Alvarez y frenado los preparativos de guerra. Además, se sabe que Torres Arias tiene apoyo entre algunos de los oficiales a niel de Mayores y Tenientes-Coroneles a los cuales mostró su declaración contra Alvarez antes de publicarla.

La política de los EU parece estar destinada a evitar que Alvarez llegue a ser, según un analista conocido en Tegucigalpa, "un aliado no-confiable que probablemente se transforme en un Galtieri". Es decir, un ataque contra Nicaragua generaría inmediatamente un contra-ataque de Nicaragua lo que entonces encendería un conflicto en la región entera y obligaría a los EU a comprometer sus tropas en la batalla. Actualmente, los que determinan la política de los EU, además de estar distraídos en los acontecimientos en el Medio Oriente, están muy contentos con el triunfo político que han ganado con las elecciones salvadoreñas y con la guerra de desgaste conducida contra Nicaragua, la cual, según ellos está logrando El "efecto saludable" de crear descontento interno y de empeorar las condiciones económicas.

Aunque esto no representa un cambio fundamental en la política de los EU hacia Nicaragua u Honduras, sí representa una valoración de que la política de los EU ya ha tenido algunos éxitos en la región y también representa un cambio de estilo debido al reemplazo de Haig por George Schultz como Secretario del Estado. La política de hacer la guerra contra Nicaragua queda vigente, aunque la forma de esa guerra es lo que un analista estadounidense llamó "una invasión al Estilo de Bahía de Cochinos en Cámara lenta", y no el tipo de ataque aéreo ofensivo que tenía en mente el General Alvarez.

La guerra en casa

Se ha hablado en extensión del paralelismo entre la intervención de los EU en El Salvador y el período inicial de la guerra en Vietnam. Con el objeto de ampliar más la comparación, se puede imaginar a Honduras como la Camboya de América Central: un país supuestamente neutral, tratando de mantenerse como tal, pero que es luego arrastrado al conflicto regional debido a los designios de la política de los EU. Como resultado de esto, la estructura de la sociedad se destruye y ocurre el mismo proceso de polarización política que sucede en los países vecinos. La pregunta es, ¿Qué tan precisa es esta descripción de la política interna actual en Honduras?

Los partidos políticos hondureños

Las elecciones que llevaron al poder al Partido Liberal en noviembre de 1981, reflejaron a la vez un repudio a las Fuerzas Armadas y un sentimiento popular real de favorecer al Partido Liberal y a su pasado reformista. El hecho de que el Partido Liberal se haya aliado con el ejército y que el Presidente Suazo Córdova haya dado todo su apoyo al General Alvarez se puede explicar por la definición de los Liberales de que su estancia en el poder depende de su subordinación a los militares. Aunque por esto mismo el Partido Liberal está perdiendo apoyo popular, existen todavía grandes sectores de la población que continúan dispuestos a darles más "tiempo de prueba".

Otra razón de apoyo al Partido Liberal es que hay pocas alternativas. ALIPO, la Alianza Liberal Popular, que es el ala progresista del Partido Liberal, fue marginada durante el congreso partidario del año pasado y su voz principal, el periódico "El Tiempo", ha venido adoptando una posición cada vez más conservadora. El Partido Demócrata Cristiano, que ha mantenido una posición independiente de los del resto del hemisferio y no apoyó al gobierno de Duarte en El Salvador, recibió solamente 19.000 votos en las elecciones. Recientemente se ha pronunciado claramente contra una guerra contra Nicaragua. Los principales partidos de izquierda salieron aún peor que los Demócratas Cristianos, obteniendo solamente 4,000 votos y ninguna representación en la Cámara de Diputados. El resultado claro es que a nivel de partidos políticos hay poca oposición organizada contra la carrera impetuosa hacia una intervención.

Represión contra los movimientos populares

El doctor Ramón Custodio, Presidente del Comité para la Defensa de Derechos Humanos en Honduras, identifica el inicio de las desapariciones masivas en Honduras con el nombramiento del Coronel Alvarez como Director de las Fuerzas de Seguridad. Desde entonces, afirma Custodio, Honduras ha sido sometida a una "campaña de represión sistemática" en lo que el llama "un estado de sitio no-declarado". Además, la elección del gobierno constitucional que tomó posesión en enero pasado, no ha provocado ningún mejoramiento en la situación de los derechos humanos.

La represión en Honduras, por más sistemática que sea no se ha aplicado a niveles masivos sino selectivamente. El blanco principal han sido los grupos vinculados o de apoyo a la revolución nicaragüense o a la lucha salvadoreña, o en su caso al propio movimiento revolucionario hondureño. Todos los líderes del COSPUCA, (Comité en Solidaridad con el Pueblo de Centroamérica), han sido detenidos, amenazados, torturados y forzados al exilio por el "crimen" de trabajar con los refugiados salvadoreños y denunciar el tratamiento que reciben de manos de las autoridades hondureñas. COLPROSUMAH, uno de los sindicatos magisteriales que denunció el apoyo hondureño a las fuerzas somocistas, también ha sufrido la detención de 16 de sus líderes.

Un efecto de esta represión es la dificultad de que las organizaciones de masas y los sindicatos hablen en favor de la revolución nicaragüense o de la guerrilla salvadoreña por miedo a que ellos mismos sean nombrados "agentes comunistas". Esto se ha logrado por medio de una campaña ideológica muy fuerte a través de los medios masivos de comunicación nacionales, un ejemplo claro es la toma reciente del edifico de la Cámara de Comercio de San Pedro Sula, que efectivamente fue manipulada por el gobierno como otro ejemplo de la subversión de Nicaragua o del FMLN en Honduras, movilizando el propio gobierno entre 20-30.000 personas a las calles para repudiar la acción.

Las organizaciones revolucionarias armadas en Honduras, de las cuales existen varias más además de los "Cinchoneros", han hecho acciones espectaculares y atrevidas pero tienen muy poca base popular. Las acciones y demandas de estos grupos tienen raíces indígenas y se enmarcan en las condiciones de represión e intervención que prevalecen en Honduras y en sus relaciones con los vecinos. Las demandas de los "Cinchoneros", por ejemplo, incluyeron la abolición de las leyes anti-terroristas usadas principalmente para reprimir a los campesinos involucrados en tomas de tierras; la libertad de 57 prisioneros políticos y desaparecidos; el fin a la represión generalizada contra los movimientos populares; la renuncia de Honduras de la Comunidad Democrática Centroamericana; la salida del país de los consejeros militares israelíes, argentinos, estadounidenses y chilenos; el fin a la intervención en El Salvador; el desmantelamiento de los campamentos y la expulsión de los grupos somocistas que operan en Honduras y, finalmente, la inversión del dinero de la ayuda militar estadounidense en proyectos sociales y económicos.

Para su campaña ideológica contra la oposición, el gobierno ha utilizado su propia forma de censura de prensa. "El Tiempo", único periódico que publica el texto completo de las declaraciones y demandas de los "Cinchoneros", misteriosamente se quedó sin electricidad al día siguiente, a la hora exacta en que debía imprimirse el periódico del día que no pudo salir.

El sentimiento popular en Honduras parece ser igualmente fuerte en contra de lo que el gobierno y la prensa llaman "subversión provocada por la guerrilla de Nicaragua o de El Salvador", como en contra de la intervención militar hondureña en los países vecinos. Debido a la represión contra las organizaciones que se han manifestado claramente en el pasado, a la campaña ideológica emprendida por el gobierno y al control de los EU sobre grandes sectores del movimiento obrero, los movimientos populares y las fuerzas de la oposición en Honduras generalmente son débiles y están divididas, motivo por el cual la mayoría han sido neutralizadas como voces efectivas contra la intervención hondureña.

También hay divisiones dentro de los mismos militares y entre ellos y el gobierno civil; entre los guerreristas y los pacifistas, Alvarez como Jefe de los primeros y el Canciller Paz Barnica encabezando a los otros. Lo que entonces nos demuestra el asunto de Torres Arias, es que cualquiera de las dos posiciones la pacifista o la guerrerista se fortalece o se debilita de acuerdo a la política de los EU. En las circunstancias actuales, el equilibrio de las fuerzas políticas será decidido mucho más probablemente en Washington que en Tegucigalpa.

Conclusiones

Desde la perspectiva de Honduras, las tensiones definitivamente han bajado durante el último mes y la inminencia o inevitabilidad de una guerra contra Nicaragua no es una conclusión predeterminada. Las declaraciones del sub-secretario del estado Stephen Bosworth durante la toma por los "Cinchoneros", con acusaciones de que las acciones "fueron orquestadas por los sandinistas de Nicaragua y el FMLN", solamente atizan el fuego de los que todavía es una situación regional explosiva y tienden a reforzar la posición dura de Alvarez dentro de Honduras.

Las instituciones democráticas hondureñas son obviamente débiles y a pesar de que los EU ha trabajado mucho para reforzar la imagen de un gobierno civil, la Administración Reagan necesita probablemente más la cooperación de Honduras en Centroamérica que un gobierno civil. La política de los EU hacia Honduras había fortalecido tanto a los militares, que Alvarez quizá piense que cualquier acción suya contra Nicaragua encontraría el apoyo en Washington, aunque en el momento no sea la acción más ventajosa para los EU. Para reforzar su independencia, Alvarez ha viajado recientemente a Europa Occidental para comprar armas, incluso armamento antitanques para usarlo posiblemente contra los tanques T-55 de Nicaragua.

Dada la superioridad de la Fuerza Aérea de Honduras, (Honduras tiene 39 aviones listos para combate contra 7 de Nicaragua), un ataque aéreo sería la estrategia más probable de Honduras, en respuesta a alguna "provocación" real o supuesta de Nicaragua. El hecho de que todavía no haya ocurrido tal ataque se debe, en gran medida, al cuidado de Nicaragua ante la provocaciones de Honduras. No debe olvidarse tampoco que Alvarez sí cuenta con la lealtad del más alto nivel de los oficiales militares. La posibilidad de que tal ataque pudiera realizarse, a pesar de que vaya contra algunos de los matices actuales de la política estadounidense, es perfectamente consecuente con la política agresiva de la Administración Reagan por regir la toma marxista de Nicaragua". Sin un cambio básico en la política de los EU hacia Centroamérica, (que no se ve en ninguna parte) la amenaza de una guerra abierta entre Nicaragua y Honduras, provocando un conflicto regional, sigue siempre vigente.

Imprimir texto   

Enviar texto

Arriba
 
 
<< Nro. anterior   Nro. siguiente >>

En este mismo numero:

Nicaragua
El cerco a la revolución desde Costa Rica y desde Honduras

Honduras
Honduras: pieza clave en el rompecabezas norteamericano
Envío Revista mensual de análisis de Nicaragua y Centroamérica